Mentorías para emprendedores: un potente catalizador de la innovación

Emprendimiento

“Siempre transmite lo que has aprendido”: esta frase de la famosa película StarWars, define en seis palabras la esencia de ser mentor. Un rol que se ha vuelto cada vez más popular en el ecosistema emprendedor, pero que tiene su origen en la historia más antigua de la humanidad. El concepto aparece en la mitología griega cuando se relata la historia de “Mentor”, personaje que es designado por “Ulises” para preparar a su hijo como sucesor del reino; desde entonces, el término se utiliza para referirse a una persona que guía a otra en el cumplimiento de una misión.

Mucho antes de haberse narrado esta historia, la humanidad ya había erigido prácticas que podrían ser llamadas “mentorías”: la transmisión de saberes y nuestra condición inherente de imitar comportamientos referentes, evidencian que esta no es una práctica emergente. Aun así, en la última década el concepto dio un salto cuántico al mundo empresarial, y fue entonces cuando se popularizó en el mundo.

Ser mentor es un arte

Se trata de tejer una relación colaborativa, enfocada en potenciar capacidades de quien recibe la mentoría. Esta es la lógica usual del vínculo, sin embargo, muchos afirman que es una experiencia de aprendizaje mutuo, donde incluso el mentor redescubre partes de sí mismo, se cuestiona y reinventa. Así lo afirma Kathleen Fernández, Directora de la Red de Mentores de la Fundación Ciudad del Saber: “La recompensa que uno se lleva como mentor, es que al impulsar empresarios a llevar su negocio al siguiente nivel, uno también aprende y se enriquece”.

De esta manera, ambos se fusionan en una sinergia de múltiple propósito, en la que muchas veces ocurren metamorfosis profundamente revolucionarias. “Cuando alguien dice: ¡Logré hacer lo que usted me dijo y funciona!, ahí está el verdadero pago de esta misión” cuenta Paula Barrios, mentora pionera, experta en mercadeo y turismo, quien ha tenido la oportunidad de trabajar acompañando grupos de mujeres indígenas y del sector rural.

La mentoría es entonces ese soporte experto que orienta el camino emprendedor, canaliza ideas, facilita el acceso a redes de conocimiento y financiamiento, acelera procesos de aprendizaje, estimula el cumplimiento de metas y apoya la resolución de conflictos. Los emprendedores que han recibido este acompañamiento cercano, recorren senderos con huellas que otros han marcado y evitan tropiezos imprevistos que antes ya se han esquivado.

El mentor es esa persona que conoce el camino y ofrece una visión de luces largas para identificar lo que no se percibe a simple vista. Para La Directora de la Red de Mentores, Kathleen, la función de los tutores es clave: “el apoyo de mentores es una de las herramientas que más apoya la supervivencia y el aumento del impacto de los emprendimientos”.

Elegir este camino es abrir las manos para entregarlo todo. “Lo primero que necesita un mentor es ser desprendido. El que no suelte todo lo que sabe y lo que tiene, sus contactos y sus habilidades, y quien no siente el emprendimiento como si fuese suyo, no es un mentor. Lo segundo, es entender a las personas para saber cómo les ayudas. Hay que hacerlo de corazón” asegura Barrios.

Red de Mentores

El Centro de Innovación de la Fundación Ciudad del Saber, ha reconocido la relevancia de la mentoría como recurso que soporta el emprendimiento y mantiene las condiciones óptimas para que los negocios puedan permanecer en el tiempo. Desde siempre, la Fundación ha acompañado a los nuevos empresarios que hacen parte de su comunidad con asesoría personalizada en diferentes áreas clave.

Hace un par de años este grupo de personas se consolidó formalmente en un solo tejido: la Red de Mentores de la Fundación Ciudad del Saber, este espacio formal que se ha convertido en una comunidad sólida de más de 70 personas -90% mujeres y 10% hombres-, que acompañan a los emprendedores de Panamá, desde diferentes partes del mundo.

La Red se fortalece gracias a las personas que voluntariamente deciden aportar con temáticas de alta relevancia como empoderamiento y equidad de género, superación de barreras del emprendimiento, técnicas de Design Thinking, tracción y escalabilidad de proyectos, e-commerce, entre otros. “La Red está conformada por un grupo muy grande, donde todos son personas con un alto perfil profesional y son especialistas en ramas que aportan bastante conocimiento a las emprendedores. Hay expertos en marketing, finanzas, comunicación, redes sociales, y otros temas clave para hacer crecer un negocio”, asegura su directora, cuya experiencia en múltiples sectores ha sido relevante para aportar una visión adaptada a las necesidades de cada emprendedor.

Las redes tienen un significado especial: “muchas veces trabajamos en conjunto. Si una mentora no es especialista en un tema y requiere asesorías puntuales puede encontrar apoyo dentro de la red” agrega Fernández. El norte de la red es impactar la vida de otros. Los mentores se casan con la causa y trabajan por ella: cambiar la vida de las personas y sobretodo aumentar el liderazgo femenino en el emprendimiento; así como tener más empresas que buscan aportar y agregar valor a la sociedad.  Nada existe como una entidad aislada, así todo asume la forma de relaciones, desde las partículas subatómicas hasta los ecosistemas. En la vida misma y en el emprendimiento nada vivo, existe por si solo; esto justifica la mentoría como una relación que se establece para aunar esfuerzos en un propósito común.

Según Larú Linares, Gerente de Emprendimiento de la FCdS, “dentro del programa de fomento del emprendimiento de la Fundación, la fase de mentoría es la más importante de todas, pues es una experiencia de hermandad y conexión; es un acercamiento con alguien que te va a ayudar y que va a quedar conectado contigo”.  Las relaciones de mentoría nunca se apagan, son vínculos a largo plazo que se alimentan y permanecen en el tiempo, y esto también es recibido por los mentores: “te involucras profundamente en el éxito empresarial de esa persona y lo sientes como propio, estoy en contacto frecuente con esos emprendedores que he acompañado y los he visto crecer” afirma Barrios.

Los mentores que se unen a la Red deben tener una experticia probada en alguna especialidad, lo que les abre la puerta a iniciar su proceso de selección como miembros oficiales. Una vez seleccionados, se vinculan al programa Master Mentor, espacio de reflexión y aprendizaje que les profesionaliza y enfoca su quehacer antes de iniciar el proceso de acompañamiento con el nuevo empresario.

Los mentores tienen como misión principal apoyar al Canal de Empresarias y en segundo lugar a otros emprendedores del Centro de Innovación de la Fundación Ciudad del Saber. Sin embargo, la Red se ha aliado con otros actores para promover el emprendimiento en otros programas del país. 

Algunos emprendedores y emprendedoras que han pasado por el programa, se convierten en mentores. Es el caso de Heily, una mujer salvadoreña que hizo parte del programa de refugiados de ACNUR y recibió mentoría en años anteriores por la Fundación Ciudad del Saber.  Este año regresó como mentora con una sensibilidad potente por el grupo de refugiados. “Ella quiere devolver de alguna manera lo que recibió de su mentora” comenta Linares. Y es que ser mentor es como devolverle algo al mundo, impulsando el desarrollo económico, robusteciendo la generación de empleo y fortaleciendo las capacidades de las comunidades. “Yo estoy en lo personal altamente agradecida con los mentores. El rol de ellos ha sido clave para impulsar la innovación y el emprendimiento. Esto es un gran paso que damos en el centro de innovación y en el país” concluye Linares.

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