La misma persona que compró al pirata los contenidos de películas y series de televisión en DVD fue quien le denunció luego a la policía. El denunciante, Salvador E. G., era un infiltrado de distintas asociaciones que defienden los derechos de autor. El infiltrado se armó de pruebas para que la policía no tuviera dudas. Su denuncia y las pruebas no han quedado en saco roto: la policía ha detenido al pirata, quien en varios meses logró 1.500 euros vendiendo todo tipo de contenidos pirateados. Además, el titular del juzgado de Instrucción 14 de Madrid ordenó un registro en su casa. Ha sido encausado como supuesto autor de un delito contra la propiedad intelectual.