
El saber de la Ciudad: La visión en la transición
FundaciónLa Ciudad ha superado los desafíos del primer impacto de la pandemia del COVID 19. Su organización ha permanecido activa; sus colaboradores, su infraestructura y sus medios de trabajo han sido protegidos; sus clientes han recibido todo el apoyo posible, y se ha iniciado con orden y previsión el paso de la fase de confinamiento a la de apertura gradual de sus instalaciones y sus actividades.
Ahora ingresamos con la Humanidad entera a una fase nueva de un proceso de transición que, en su momento, dará paso a formas de vida social distintas a las que hemos conocido en los últimos 40 años. Entender esto permitirá a la Ciudad incidir en ese proceso mucho más de lo que quizás imaginamos hoy.
En efecto, el elemento decisivo en la formación de una normalidad distinta es la capacidad de cada participante para identificar lo que aspira a lograr en ese proceso, y lo que puede aportar al respecto. Para la Ciudad, esto plantea un problema práctico: cómo ejecutar su misión en este proceso de cambio para contribuir a orientarlo en la dirección más adecuada a su visión de futuro.
Hoy, la Ciudad está en capacidad de enfrentar con éxito este nuevo desafío. Cuenta con una estrategia de desarrollo sustentada en una visión y una misión bien conectadas entre sí, que le ha permitido avanzar hacia su transformación en una organización que se desarrolla mediante la integración de sus procesos de trabajo. Y eso, a su vez, ha creado capacidades para la forja de una cultura organizacional de creciente riqueza y complejidad. La eficacia de esos logros se expresa en dos tareas colectivas de especial importancia.
Una consiste en ajustar el Plan Operativo Anual 2020 de la Ciudad a las realidades y limitaciones que nos deja la pandemia. La otra consiste en concebir y diseñar un POA 2021 a partir de las oportunidades que surgen de la crisis.
En esta segunda tarea concurren dos elementos decisivos. Uno consistirá en fortalecer la competitividad de los servicios de valor agregado que ofrece la Ciudad a sus afiliados y clientes. El otro, en identificar a tiempo las áreas del saber que van ganando importancia con la crisis, y contribuirán a definir la normalidad que emerja de ella.
La más visible de esas áreas, por ejemplo, es la de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, cuyo desarrollo comprueba lo planteado por Manuel Castells veinte años atrás: que Internet pasa de ser una tecnología a convertirse en una forma de sociedad caracterizada por niveles sin precedentes de integración de los procesos de producción, circulación, consumo y nueva producción.
Ese nivel de integración pone a su vez en primer plano problemas de un tipo nuevo en lo relativo a nuestras relaciones con la naturaleza. La restauración de la capacidad de los ecosistemas degradados para generar condiciones naturales de producción sin las que nuestra especie no puede sobrevivir, demandará innovaciones cuya aplicación estimulará a un tiempo el cambio social y la formación de un sector ambiental de la economía.
Un tercer sector será, sin duda, el de las biociencias, la biotecnología y las ciencias de la salud. El COVID 19 nos ha servido de advertencia sobre la necesidad de generar innovaciones tanto en materia de atención a la enfermedad como en la producción de la salud social de la salud. En todos estos campos la Ciudad cuenta con afiliados y entidades colaboradoras cuyo aporte a la lucha contra la pandemia demuestra su capacidad para encarar y resolver problemas de complejidad cada vez mayor.
Finalmente – y en primer término a la vez -, los problemas relativos a la formación de nuevas capacidades humanas pasan de ser importantes a convertirse en decisivos para nuestro futuro cercano. Aquí, se trata ante todo de facilitar el paso de un sistema creado para la adquisición de conocimientos a otro organizado para la producción y el desarrollo de saberes nuevos, de modo que toda producción sea formativa, y toda formación sea productiva en todos los campos del quehacer humano.
Sólo la formación de estas capacidades nos permitirá crecer con el mundo para ayudarlo a cambiar en dirección a un futuro a la vez próspero, equitativo, democrático y – por todo ello – sostenible. Los desafíos son grandes, y la Ciudad es apenas un instante entre muchos en el camino hacia ese futuro. Precisamente por eso, en ella se comprueba cuán hermoso y útil es aquello que puede parecernos pequeño.
Ciudad del Saber, Panamá, 5 de junio de 2020
Dr. Guillermo Castro, Asesor Ejecutivo de la Fundación Ciudad del Saber